Everyday
Administrador
Al final tuvieron que pedirle su propio plato de comida a Victini, quien decidió acomodarse justo en el centro de la mesa con los entrenadores. Aún con todo, el legendario siguió robando ocasionalmente algún bocado de los platillos del rubio y el castaño, tal vez aferrándose al dicho "el pasto siempre es más verde del otro lado". Los equipos de ambos entrenadores también se veían satisfechos, más de uno agradeció ser regresado a su Pokéball para poder continuar con la digestión en total tranquilidad.
Ambos entrenadores y su inesperado invitado degustaban ahora el postre.
—Me pregunto que estará haciendo Alejandro en este momento —soltó de repente el rubio, Adrián sufrió una especie de escalofrío.
—Ni te atrevas a mencionar su nombre —le amenazó con el tenedor.
—¿Por qué?, siempre hemos hecho un buen equipo.
—Las cosas siempre salieron bien porque yo estaba ahí con ustedes —le corrigió—. Y lo digo porque ya me sé cómo funciona esto: primero lo mencionas y después da la casualidad de que también anda por aquí.
—¿No crees que eso es muy exagerado? —Adrián se limitó a llevarse un trozo de pastel a la boca y mirarlo con el ceño fruncido—. Por cierto, ¿cómo van las cosas con Ryoko?, ¿por fin han empezado a salir o algo así?
Yagami abrió los ojos de par en par y por poco se atraganta con el bocado, comenzó a toser y requirió de darle un largo trago a su vaso de agua.
—¿Dije algo malo?
—Sí, siempre sales con tus tonterías —se quejó el castaño—. No la he visto en mucho tiempo y por mi mejor.
—Pero entonces ustedes dos no…
—¡Que no! ¿Cómo rayos se te ocurrió eso?
—Bueno, si lo piensas bien y analizas todas las pistas... —comenzó el rubio, mirando hacía el techo en deje pensativo mientras su imaginación comenzaba a andar.
Victini aplaudía encantado viendo a esos dos discutir, lo más probable es que no entendiese ni un quinto de lo que estaban diciendo, pero desde su perspectiva debían estarse divirtiendo. En ese instante sus orejas comenzaron a moverse, captando algún sonido llamativo cerca de ahí. El legendario miró sobre su hombro descubriendo un cúmulo de personas y Pokémon cerca de la playa, formando un gran circulo donde en el centro parecía estar ocurriendo un combate. Los ojos del pequeño irradiaron emoción.
De un salto el ígneo llegó a la cabeza de Adrián.
—¡Tini, victini! —Comenzó a dar golpecitos al castaño con su mano, a la par que señalaba sin descanso hacia la playa.
—¿Qué sucede Victini? —Andrell miró con curiosidad hacía donde apuntaba el Pokémon—, ¿pasa algo? ¿Quieres ir a la playa? —se puso de píe para ver mejor.
—Perfecto, puedes llevártelo y así me dejan en paz los dos —suspiró Yagami.
—Creo que hay algún tipo de evento en la playa, ¿sabias algo de eso?, hay mucha gente —Siegfried frunció el ceño, tratando de ver mejor.
—Yo solo vine aquí a relajarme, no ha distraerme con tontos eventos…
—Parece ser una especie de torneo… Oye, ¿qué esos no son líderes de gimnasio?
Apenas mencionó aquello, el castaño se paró de golpe y le empujó a un lado con tal de tener un mejor campo de visión. Incluso desde ahí, Yagami pudo distinguir a tres figuras que reconoció vagamente, después de todo alguien interesado en superar la liga tenía que al menos conocer un poco sobre los líderes y sus especialidades.
Sin decir nada, Adrián emprendió su marcha hacía la playa, con Victini en su cabeza dándole ánimos por haber tomado esa decisión. Andrell iba a seguirlos, cuando sintió que alguien le estaba observando. Al girarse vio al mesero que le clavaba una mirada amenazante.
—Ya te lo he dicho, si quieres enfrentarte a los líderes deberás esperar, están dándole prioridad a los combates en equipo —Cuando Andrell consiguió alcanzar a su "hermano" y a Victini, estos se encontraban hablando con un sujeto alto y con un chaleco que lo señalaba como salvavidas—. O si quieres acelerar el proceso, has equipo con alguien.
—¿Estás de broma? —Adrián se cruzó de brazos—. ¿Sabes cuántas medallas tengo, o si quiera con quién estás hablando? Yo no debo hacer equipo con nadie, al contrario, esos tres deberían hacerlo si quieren tener oportunidad contra mi: soy el mejor entrenador de toda Aleria —en su cabeza, Victini se había erguido, llevando sus manos a su cadera y levantando su mirada transmitiendo un porte de superioridad.
—Mira, podrías ser el campeón y eso no cambiaría las cosas —le respondió el tipo, mostrando un deje cansado en su rostro, cabía la posibilidad de que no fuese el primero en intentar desafiar las normas—. Ellos me pidieron ayuda, me dieron una reglas y mi tarea es hacerlas cumplir. Sin excepciones.
—Yo puedo ir con él —tanto Adrián como el salvavidas se giraron para verle en ese momento.
El rubio esbozó una sonrisa llena de confianza y alzó su dedo pulgar; el sol había sido cubierto por un par de nubes en ese momento, pero una abertura permitió que un rayo de luz pegase directo contra el rostro de Andrell haciendo que sus orbes verduscos y su cabellera rubia parecieran brillar por un instante, dándole el porte de algún modelo que estaba a punto de pronunciar algún eslogan en televisión. Yagami puso los ojos en blanco, mientras que el salvavidas tuvo que parpadear un par de veces, como quien se ha sorprendido así mismo mirando directo al sol.
Soncarmela
Ambos entrenadores y su inesperado invitado degustaban ahora el postre.
—Me pregunto que estará haciendo Alejandro en este momento —soltó de repente el rubio, Adrián sufrió una especie de escalofrío.
—Ni te atrevas a mencionar su nombre —le amenazó con el tenedor.
—¿Por qué?, siempre hemos hecho un buen equipo.
—Las cosas siempre salieron bien porque yo estaba ahí con ustedes —le corrigió—. Y lo digo porque ya me sé cómo funciona esto: primero lo mencionas y después da la casualidad de que también anda por aquí.
—¿No crees que eso es muy exagerado? —Adrián se limitó a llevarse un trozo de pastel a la boca y mirarlo con el ceño fruncido—. Por cierto, ¿cómo van las cosas con Ryoko?, ¿por fin han empezado a salir o algo así?
Yagami abrió los ojos de par en par y por poco se atraganta con el bocado, comenzó a toser y requirió de darle un largo trago a su vaso de agua.
—¿Dije algo malo?
—Sí, siempre sales con tus tonterías —se quejó el castaño—. No la he visto en mucho tiempo y por mi mejor.
—Pero entonces ustedes dos no…
—¡Que no! ¿Cómo rayos se te ocurrió eso?
—Bueno, si lo piensas bien y analizas todas las pistas... —comenzó el rubio, mirando hacía el techo en deje pensativo mientras su imaginación comenzaba a andar.
Victini aplaudía encantado viendo a esos dos discutir, lo más probable es que no entendiese ni un quinto de lo que estaban diciendo, pero desde su perspectiva debían estarse divirtiendo. En ese instante sus orejas comenzaron a moverse, captando algún sonido llamativo cerca de ahí. El legendario miró sobre su hombro descubriendo un cúmulo de personas y Pokémon cerca de la playa, formando un gran circulo donde en el centro parecía estar ocurriendo un combate. Los ojos del pequeño irradiaron emoción.
De un salto el ígneo llegó a la cabeza de Adrián.
—¡Tini, victini! —Comenzó a dar golpecitos al castaño con su mano, a la par que señalaba sin descanso hacia la playa.
—¿Qué sucede Victini? —Andrell miró con curiosidad hacía donde apuntaba el Pokémon—, ¿pasa algo? ¿Quieres ir a la playa? —se puso de píe para ver mejor.
—Perfecto, puedes llevártelo y así me dejan en paz los dos —suspiró Yagami.
—Creo que hay algún tipo de evento en la playa, ¿sabias algo de eso?, hay mucha gente —Siegfried frunció el ceño, tratando de ver mejor.
—Yo solo vine aquí a relajarme, no ha distraerme con tontos eventos…
—Parece ser una especie de torneo… Oye, ¿qué esos no son líderes de gimnasio?
Apenas mencionó aquello, el castaño se paró de golpe y le empujó a un lado con tal de tener un mejor campo de visión. Incluso desde ahí, Yagami pudo distinguir a tres figuras que reconoció vagamente, después de todo alguien interesado en superar la liga tenía que al menos conocer un poco sobre los líderes y sus especialidades.
Sin decir nada, Adrián emprendió su marcha hacía la playa, con Victini en su cabeza dándole ánimos por haber tomado esa decisión. Andrell iba a seguirlos, cuando sintió que alguien le estaba observando. Al girarse vio al mesero que le clavaba una mirada amenazante.
—Ya te lo he dicho, si quieres enfrentarte a los líderes deberás esperar, están dándole prioridad a los combates en equipo —Cuando Andrell consiguió alcanzar a su "hermano" y a Victini, estos se encontraban hablando con un sujeto alto y con un chaleco que lo señalaba como salvavidas—. O si quieres acelerar el proceso, has equipo con alguien.
—¿Estás de broma? —Adrián se cruzó de brazos—. ¿Sabes cuántas medallas tengo, o si quiera con quién estás hablando? Yo no debo hacer equipo con nadie, al contrario, esos tres deberían hacerlo si quieren tener oportunidad contra mi: soy el mejor entrenador de toda Aleria —en su cabeza, Victini se había erguido, llevando sus manos a su cadera y levantando su mirada transmitiendo un porte de superioridad.
—Mira, podrías ser el campeón y eso no cambiaría las cosas —le respondió el tipo, mostrando un deje cansado en su rostro, cabía la posibilidad de que no fuese el primero en intentar desafiar las normas—. Ellos me pidieron ayuda, me dieron una reglas y mi tarea es hacerlas cumplir. Sin excepciones.
—Yo puedo ir con él —tanto Adrián como el salvavidas se giraron para verle en ese momento.
El rubio esbozó una sonrisa llena de confianza y alzó su dedo pulgar; el sol había sido cubierto por un par de nubes en ese momento, pero una abertura permitió que un rayo de luz pegase directo contra el rostro de Andrell haciendo que sus orbes verduscos y su cabellera rubia parecieran brillar por un instante, dándole el porte de algún modelo que estaba a punto de pronunciar algún eslogan en televisión. Yagami puso los ojos en blanco, mientras que el salvavidas tuvo que parpadear un par de veces, como quien se ha sorprendido así mismo mirando directo al sol.
