+18 Danmachi: Thunder Era [Empezamos, aún hay cupos!]

OP
OP
Blair

Blair

So tired.
Administrador

La mirada de la asesora era intensa, llena de reservas y un escrutinio tan intenso que Suga casi podía sentir que le estudiaba el alma. Agitó la cabeza rápidamente para ayudarse a sí mismo a recuperar la compostura y sonrió ampliamente a la par que se acomodaba en el asiento, como poniéndose cómodo.
Sí, nivel 2.
¿Magia?
¿Debo compartirlas? — Selene movió los ojos, viendo parte de la estructura de sus lentes y también a su interlocutor.
Si te preocupa que se sepa… Es información confidencial, para mí es importante saberlo debido a que soy quien te dirá hasta dónde es recomendable que te aventures en la mazmorra. Sin conocimiento de tu magia, no voy a tener ni idea del tipo de peleador que eres, o si siquiera tienes algo útil para valerte por tí mismo en la mazmorra. — Su voz fue severa, tajante, Igarashi sonrió de nuevo, comprendiendo y aceptando los motivos de la trabajadora del gremio.
Tengo una habilidad y dos magias — aquello tomó ligeramente por sorpresa a la mujer —, mi habilidad en resumidas cuentas me permite hacerme más fuerte mientras más complicada sea la pelea o más poderoso sea el enemigo. Mis magias son de ataque, una eléctrica y otra de fuego. — Otra sorpresa, Selene tomó apuntes y luego bajó el lápiz.
¿Experiencia en combate?
Entrenamiento más que nada. Tuve un estricto régimen de entrenamiento semi-militar en mi ciudad natal, pero llevo varios años con Zeus y ese entrenamiento ha sido el más intenso. — Soltó una risilla nerviosa y luego volvió a acomodarse en su lugar. — Entonces, ¿hasta dónde recomiendas que vaya?
Al ser nuevo en la mazmorra… Primer o segundo piso, preferiblemente.
¿Hasta qué piso está autorizado un nivel 2? — Ella entrecerró los ojos ante la pregunta.
Todos los pisos superiores, hasta el 12. De ahí en delante, se recomienda viajar en grupo debido a la cantidad de monstruos que genera la mazmorra, así como el tiempo entre estos. Reitero mi primer comentario, te recomiendo permanecer en los primeros dos pisos ya que eres nuevo a la mazmorra.
Entendido, muchas gracias. ¿Se requiere algo más para mi registro?
Es todo.
Regresaré cuando termine mi primera aventura. — Y sin más, se puso de pie y se retiró para encontrarse con el resto de su Familia fuera del Gremio. La mujer le siguió con la mirada, ¿sería uno más en la lista?

[...]

El mensaje de Zeus lo hizo llenarse aún más de energía, estaba emocionado, esperaba con ansias poder iniciar sus aventuras en la mazmorra. Sus piernas se movieron con completa naturalidad, casi como si Orario fuera conocido en su totalidad por él, realmente solo se estaba guiando por la gran torre que yacía encima de la mazmorra. Al llegar, sostuvo el mango de su espada con una mano y alzó la cabeza, tratando de ver lo más alto de la edificación, aunque obviamente fracasó en el intento.
Por fin… — La voz fue discreta, el mensaje era para sí mismo y nadie más. Sintió el aire golpeando su rostro y su mente se llenó de información gracias a todos los aventureros que iban y venían en todas direcciones. Estaba listo, se había preparado para esto.
Ingresó en la torre y observó las escaleras que descendían en forma de caracol, vio tanto individuos como grupos descendiendo y ascendiendo por ellas, él estaba por utilizarlas por primera vez. Avanzó a paso regular, tranquilo, poco a poco la seriedad se abría paso en su sistema y escondía en alguna parte de su ser la emoción que había demostrado hasta ese momento.

El aire pareció cambiar cuando ingresó oficialmente al primer piso de la mazmorra, se escuchaban gruñidos lejanos, golpes de armas, algunas voces a la distancia. Caminó a paso lento, siguiendo lo que parecía ser el camino “planeado”, miraba en todas direcciones, estaba en extremo atento. Quería aprenderse la forma del laberinto, sentir la “vida” de la mazmorra, demostrar que él era digno de estar ahí. Su primer encuentro no tardó mucho en llegar, su única advertencia fue una especie de grito ahogado seguido de la aparición de una criatura de color verde.

El goblin se avalanzó sobre Suga, quien de un movimiento diestro retrocedió, evadiendo el ataque y con la misma fluidez desenfundó y blandió su espada. El filo cortó limpiamente el cuello del enemigo, permitiendo que Aegisheart presenciara por primera vez la “explosión” de un monstruo. El cuerpo del enemigo se desvaneció en una nube de humo, dejando atrás únicamente una pequeña piedra que guardó en una pequeña bolsa que traía consigo.
El primero. — Soltó aire al darse cuenta de que lo había estado conteniendo, luego apretó con fuerza el mango de su espada y ahora fue él quien tomó la iniciativa al ver a otro goblin, eliminándolo con la misma facilidad con la que había destruido al anterior.

Tras dos goblin más, decidió que seguiría avanzando en búsqueda de bajar al siguiente nivel, solamente era necesario llegar a las escaleras para continuar con su primera aventura. ​
 

Gennai

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-Oye antes de que te vayas Vince, yo creo que debes checar tus estadísticas, ¿no lo crees? – Llamó la elfa a su agremiado antes de que esta media vuelta para irse. Al parecer notó que el espíritu tiene prisa en alcanzar a sus hermanos en la mazmorra, pero este dato es importante que ambos lo verifiquen o al menos por mero protocolo pues ella sabe de primera mano que tan fuerte es Vince. En cuanto al espíritu eso le parecía una pérdida de tiempo, sin embargo, debido a que todavía están en el foco del ojo público dada la reputación de Aurora, decidió cooperar con ella con la finalidad de evitar que tuviera problemas con sus jefes.

-Tienes razón, me disculpo – Luego de pedir perdón nuevamente se acercó a ella. A continuación, ella realizó los ajustes y ambos revisaron que tal están.

-Vaya, tus niveles de magia son muy altos, pero tus niveles de fuerza son un poco bajos. Creo que estas un poco desbalanceado – Le dijo sintiendo un poco de preocupación ya que al parecer su agremiado decidió incrementar sus capacidades mágicas y no las físicas.

-Lo sé – El ojiazul rodó los ojos – mira, pertenecer a la Familia Zeus no es solo es con el motivo de causar revuelo que la gente al escucharlo se sorprenda wow, eso no importa. Tengo que sustentar con hechos porque él me reclutó – Pausó sus comentarios viendo a los alrededores solo con mover sus ojos – Si bien los magos tienen la fama de ser deleznables en el combate cuerpo a cuerpo, como miembro de la Familia Zeus que soy no debo tener debilidades tan obvias, es por eso que he estado entrenando esos rubros, quizás mis estadísticas no han subido mucho, pero eso cambiará cuando frecuente la Dungeon y vaya bajando pisos – Le aclaró.

-Bueno, como tienes nivel 2 lo recomendable es que del piso 3 en adelante es ir un grupo- Le indicó ella.

-¿No habrá problema si hecho un vistazo a los primeros dos? – Le preguntó de repente llamando su atención.

-Claro y te daré un consejo – Le llamó con el dedo índice para que de nuevo este cerca de ella, el obedeció y se le acercó. Aurora enseguida le susurró a su oído, los demás que vieron eso no daban crédito ya que los que conocen a la elfa saben que detesta que le invadan su espacio – La mazmorra parece tener vida propia, crea monstruos cuando se le antoja volviéndola un sitio muy engañoso, así que si vez que la cosa puede complicarse lo mejor es que te retires – Le indicó ella.



-Bien, ahora si me retiro –

-Okii, entonces espero verte pronto para ir al pub donde trabaja mi chica – Le guiñó el ojo antes de que el espíritu se retire. - Ve tras ellos tigre rawww-

-Eh, claro – Sin más el salió del gremio rumbo a Babel.


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Una vez en la torre, nuevamente miró su majestuosidad antes de adentrarse en su interior, así que no perdió más el tiempo y atravesó la entrada. ​



La entrada a la Mazmorra se encuentra en el primer piso subterráneo de Babel. En el centro de la sala hay un agujero de diez metros de largo que conduce directamente a ella. Dentro de la sala circular hay múltiples columnas a intervalos regulares, y encima se encuentra una hermosa pintura azul celeste del cielo que se asemeja al cielo real. A lo largo del círculo hay unas escaleras suaves que descienden en espiral hacia la más abajo. El espíritu hizo el recorrido hasta llegar al primer nivel de la mazmorra.

Según pudo recordar Vince estos son los pisos superiores aptos para aventureros novatos. Aquí en el primer nivel las paredes son de color azul claro. También pudo notar un amplio pasillo con cavernas en sus costados. De pronto en una de las cavernas apareció uno de los monstruos.

-Ese es… un Kolbolt – Miró a la criatura Los Kolbolts son bestias humanoides con cabeza de perro, así como filosas garras y colmillos. La bestia se percató enseguida del intruso y le gruñó con furia – Me muestras los colmillos, ¿eh? – El azabache desenfundó su daga – No voy a desperdiciar mi magia con basuras como tú – Se puso en guardia – Sino vienes a mi lo haré yo – Corrió hacia la criatura y dio un tajo limpio en el cuello de la misma, esta aulló de dolor antes de caer muerta – Hmp – Sacudió la sangre impregnada en el cuchillo, luego vio que el aullido fue para pedir ayuda pues salieron dos más – Ustedes me servirán de calentamiento para los pisos inferiores – Volvió a ponerse en guardia – vengan- Los dos se abalanzaron al mismo tiempo sobre Vince quien esquivó dando un salto sobre ellos quedando a sus espaldas – El de la derecha primero – El espíritu cortó en la espalda a uno hiriéndolo, su compañero al percatarse atacó a Vince con sus garras, el chico a continuación bloqueó los zarpazos con su daga y retrocedió esquivando una estocada más fuerte.

-Hmp – Se abalanzó rápidamente hacia el Kolbolt y como hizo con el primero le cortó en el área del cuello, la muerte fue instantánea. Luego vio al otro herido de la espalda intentando huir arrastrándose, pero Vince le clavó su daga en la espalda y finalmente cayó. – Hm necesito mejorar, con estas habilidades cuerpo a cuerpo no duraré en los pisos inferiores – Sacudió su daga quitándole la sangre nuevamente -Será mejor que continúe, si me quedo aquí vendrán más – Siguió su camino y con suerte encontrará a alguno de sus hermanos más adelante.​
 

Shulman

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Ren's P.O.V.

—Iba a la mazmorra —respondió, sincero. Ahora que estaba de pie, su cola se movía de manera lenta de un lado a otro, reflejando su particular interés hacia Alix. Era una persona con la que no había interactuado mucho durante sus años recluidos entrenando y demás—. ¿Acompañarme…?

¿Realmente sería bueno dejar que aquel hombre lo acompañara o debía buscar a Suga? Pensaba especialmente en el último debido a que era su compañero de aventuras casi siempre, o bien Kenmaru (aunque él seguía en su registro). Quizás podría ser una buena oportunidad para saber más sobre Alix, para conocer más a aquel chico con ropajes que le hacían ver como un pirata. Uno muy teatral.

—Pues… sí —asintió. Sus orejas, antes retraídas hacia abajo, ahora se hallaban elevadas, apuntando hacia arriba con emoción. Una sonrisa inocente se reflejó en su rostro, una muestra muy sincera de la alegría que estaba sintiendo—. Pero, antes de eso, ¿podríamos explorar un poco la ciudad, juntos? —Al escuchar el tono interesado de aquella pregunta, Alix pareció pensar en algo que lo favorecería.
—Oh, ¿como si estuviéramos en una cita? —Preguntó el más alto, claramente tendiéndole una pequeña e inocente trampa al joven gato. Ren ladeó la cabeza, apuntando con sus orejas, también, hacia un lado.
— ¿Como una cita? —Repitió, frunciendo el ceño un poco, reflejando su extrañeza. No entendía a lo que se refería Alix.
—Acepto~.

Con el atrevimiento coqueto que lo caracterizaba, Alix entrelazó uno de sus brazos con uno de Ren. El más pequeño no entendió aquel gesto, pero no le dio mayor importancia cuando Moreau lo guió por el desconocido lugar.

Orario era conocida, también, como la “Ciudad Laberinto”. Y bien merecido que tenía aquel título, pues, podías perderte fácilmente en un lugar tan grande si no tenías cuidado. Alguien como Ren, en particular, podría no ser encontrado nuevamente si iba por allí completamente solo, más que nada por lo despistado y particularmente bobito que era. No es que no tuviera sentido de la orientación… sino que su curiosidad era muy grande para dejarlo solo.

Junto a Alix, Ren paseó por las grandes calles de Orario mientras se dirigían hacia la mazmorra. Ambos pudieron dar con lugares de interés, aunque ninguno era particularmente llamativo. Herrerías, farmacias, posadas, bares… Muchos sitios que se perdieron en la mente de Ren, y los cuales seguramente no volvería a recordar porque no le interesaban en lo más mínimo.


— ¿Oh? —La detención de Ren sorprendió a Alix. El muchacho había divisado una escuela. Sin embargo, la mirada del joven gato parecía estar dirigida hacia otro lado.

El de ropa pirata utilizó dos de sus dedos derechos, apuntando primero hacia los ojos de Ren, para luego trazar una línea invisible hacia el sitio donde estaba viendo: una biblioteca. Alix sonrió con diversión, recordando que siempre que había cruzado algún tipo de algo (caminos, palabra, o simplemente estar en la misma sala por alguna razón) con Ren, éste tenía un libro entre sus manos.


— ¿Quieres venir después, Ren? —Preguntó, aún sin soltarlo. Se tomó el atrevimiento de acariciar su cabello nuevamente, rozando apenas un poco sus orejas gatunas, consiguiendo que un leve sonrojo asomara en sus mejillas.
—Mhm —primero asintió, emitiendo un pequeño sonido de confirmación—. Me pregunto qué clase de cosas podría hallar allí…

Sabía que el gremio también tenía mucha información guardada, quizás enciclopedias relacionadas con los monstruos que se podían encontrar en la mazmorra y sus pisos, pero él quería embriagarse con cualquier cantidad de información que pudiera encontrar. ¿Podría decirse que era una especie de “ratón de laboratorio”? Sí, siendo un gato, pero se entiende, ¿no?

—Pero, ahora —entonces, la mirada de Ren apuntó al lugar al que pronto llegarían—. La mazmorra. —Alix soltó una risa leve, fascinado por la sinceridad que expresaba Ren en cada gesto y palabra.
—Pronto volveremos, entonces, para tener una cita en la biblioteca —afirmó, sorprendiendo de nuevo a Ren, extrañandolo con aquella declaración—. Ahora, una aventura nos aguarda —entonces, lo haló con él, comenzando a caminar de nuevo hacia el lugar que debían explorar.

Maka Maka JAJAJAJA me estoy riendo con esto.
Blair Blair leve mención a Suga jaja
 
Última edición:

Wan

Nuevo usuario
Cofcof, buenas (?) Por invitación de una persona, y con permiso de Blair, me uno (?)


  • Nombre completo: Himba Kanegawa.
    Apodo: Rams.
    Raza: Oveja.
    Edad: 24.
    Descripción física y vestimenta:
    Varón de metro con sesenta y uno [1,61 cm] de estatura. Joven albino, de tez blanca con tendencia a volverse pálida, cabellera naturalmente albina (pero gusta pintarse las raíces o incluso las puntas de azabache, fingiendo demencia de su tono natural de cabello) lo suficientemente larga como para cubrir parte de sus ojos, normalmente despeinada arraigando una imagen descuidada o perezosa; sus cuernos algunas veces se ocultan entre su melena, son de un café opaco y grisáceo. Su cola es albina al igual que su cabello. De orbes de un gris opaco con resplandores blanquecinos, con un brillo disociado o desinteresado.

    Posee una complexión tonificada y una musculatura más marcada de la que aparenta; suele portar vestimenta fresca y holgada, ocultando el marcaje de complexión, aunado a su estatura, da la impresión de tener una complexión esbelta y flacucha.

    Personalidad:
    Calmado, sereno e inmutable. Una personalidad bastante pasiva y neutral, distante de la bulla, los conflictos o la discordia. Se limita a hablar lo necesario y de forma prudente, en especial si se siente en un círculo con muchas voces de mando y liderazgo.

    Disfrazado de la fachada de disociado o desinteresado, se cree que se encuentra divagando en su mundo y que es ajeno a la realidad, no obstante, se considera más bien observador y meticuloso. Considera el mundo en sí un experimento, un bellísimo especimen que es mejor observar, volviéndose un amante de lo rutinario y de los pequeños detalles, desde la gesticulación humana, la apreciación de los sonidos de la naturaleza y la interacción de la vida misma con los seres vivientes, incluyéndolo a él. Consciente de que posee una naturaleza más leal y protectora, prefiere seguir que liderar, teniendo un buen ojo para saber a quién obedecer y a quién cuestionar. No es amante de la discordia o el conflicto, le resulta fastidioso elevar la voz o solucionar las cosas mediante gritos, si habrá una discusión, que sea frontal y física, no verbal… De lo contrario se jactará por la diplomacia y el correcto debate, o simplemente se irá. Se considera racional y equilibrado, alguien que sabe apaciguar los incendios o los momentos tensos, no obstante, en su interés por mantenerse en su zona de comodidad, analiza las habilidades blandas y duras de las personas a su alrededor, si considera que alguien puede manejar la situación “mejor que él”, no intervendrá más de lo necesario.

    Podría decirse que posee una naturaleza un tanto egoísta, pues suele preferir sus intereses individuales por el colectivo, buscando su beneficio de cualquier situación, así esta sea la más mísera. No obstante, no es ambicioso o codicioso, tal vez caprichoso sería un mejor término.

    Pese a no considerarse una persona sin pelos en la lengua o con una honestidad abismal, sí se considera franco. No teme en mostrar sus sentimientos, sea mediante una demostración física o verbal, no es ingenuo ni mucho menos lerdo, sin embargo, esto no significa que sea un bobo desbocado e imprudente. Sus acciones en su mayoría son planeadas y buscando una reacción, sea cual sea, no da un paso en falso ni habla al aire, siempre busca una consecuencia inmediata a sus actos.
    Familia: Zeus
    Ocupación: Aventurero.
    Nivel: 2
    Estado:
    •Fuerza: A850
    •Resistencia: C690
    •Destreza: C600
    •Agilidad: B760
    •Magia: D590
    Habilidad:
    Punisher

    Aumenta la fuerza del usuario con cada golpe consecutivo en el oponente
    Magia:
    Cinder Ella (シンダー・エラ)
    Magia de transformación que permite al usuario transformarse en cualquier cosa de su tamaño. | Canto — Tu herida es mía. Mi herida es mía. El eco es la señal de la medianoche​
    Hell Finegas (ヘル・フィネガス)
    Fortalece masivamente todas las habilidades del usuario a costa de un juicio adecuado debido a un fuerte aumento en el deseo de luchar. | Canto — Lanza mágica, ofrezco mi sangre. Penetra en esta frente.​
    Arma:
    Un par de Tonfas.
    Historia:
    Proveniente de un linaje que destacó por su destreza física, capaz de desempeñarse en cualquier área de batalla o deporte, reconocidos como genios natos e instruidos como armas valerosas en las batallas por sus habilidades físicas. Tras una serie de sucesos y altercados, el apellido que alguna vez fue glorioso, hoy se esconde con vergüenza de continuar demostrando tales hazañas.

    Pese a esto, no proviene de una familia pequeña ni mucho menos paupérrima, pero sí oculta. Debido a esto la estabilidad interna se desbalanceó; fue separado de sus progenitores y principalmente criado por 3 figuras adultas: su tío Harusuke, su tía Kushina y Shunsen Daruich. Fue motivado a merodear con un perfil bajo, incluso huraño y hasta ermitaño. Tras la desaparición de Harusuke, la situación en su morada se volvió un poco tensa, escuchando las cómicas, rutinarias, pero a veces molestas, discusiones entre Kushina y Daruich, pues su tía insistía en ir cautelosos, mientras el varón promovía la libertad.

    Tras una situación que hasta hoy es confusa para Himba, se vio obligado a separarse de su linaje, terminando por merodear en su búsqueda sin éxito alguno. Fue en esa travesía que encontró a diversos aventureros buscando el reconocimiento y la bendición de los diferentes dioses que regían, siendo esta actitud atractiva para Kanegawa, y a pesar de intentar ignorar esa curiosidad, terminó por encontrar al exiliado Zeus. Sintiéndose identificado por la historia que se cantaba acerca del poderoso Rey de los Cielos, terminó buscando su bendición, dispuesto a seguirlo hasta donde pudiera ser útil. No significando que dejó en el olvido a su familia, por el contrario, busca encontrarlos, pero esta vez, sin la máscara de vergüenza que se le impuso a su apellido.
    Gustos y disgustos:
    Gustos. Dormir bajo un árbol o en las ramas de estos. Los postres, de cualquier tipo, tiene una fascinación por el pudín. Cocinar, especialmente postres. Los brotes de las flores, le encanta presenciar cuando recién están floreciendo, esto desembocó un gusto por la jardinería. Pese a la imagen perezosa que transmite, le gusta entrenar a primera hora, suele ser de los primeros que despierta, y después estar con un ojo cerrado todo el día. Las personas con convicciones definidas y objetivos claros, los sigue sin dudar. Los insectos.​
    Disgustos. Las discusiones a gritos, no las entiende. Los sabores insípidos, amargos o ácidos. La suciedad, el desorden, la peste, sentir que está en un basurero (es alguien considerablemente pulcro y ordenado pese a la imagen de vago que transmite).​
    Extras:
    — Su apodo significa oveja con cuernos grandes, y lo asocian a que embisten cada que pueden.
    — Pese a su personalidad, no se queda corto en ser hormonal, pero suele ignorarlo si es que no hay alguien de su atención para realizar un esfuerzo de coqueteo.
    — Manda cartas a los puntos que pertenecieron a su familia, esperando respuesta.
    — No escucha muy bien, especialmente de su oído derecho.
    — Busca encontrar primero a su hermano mayor, Kanegawa Otagi.​

  • Nombre: Chanida Yingyong.
    Apodo: Na-Na, utilizado por familia o personas cercanas. | Nida, lo nombra cuando las personas prefieren acortar su nombre. | Moon.
    Raza: Conejo Hume.
    Edad: 29.
    Descripción física y vestimenta:
    Fémina de metro con cincuenta y nueve (1,59 cm). De complexión tonificada, con piernas moldeadas y una musculatura resaltante pese a su baja estatura. Se trata de una jovencita albina, cabellera lacia, recogida en un par de molotes que dejan caer algunos cabellos de forma rebelde; de tonalidad albina, al igual que sus mullidas orejas que resaltan por su longitud. De rostro claro y redondo, con unos enormes ojos color celeste que brillan con curiosidad e intensidad.

    Suele vestir con ropas tradicionales asiáticas, normalmente busca que se acentúen a su cuerpo y que le den libertad a sus piernas. Consta de colores vivos, predominando la paleta de los azules en sus vestidos. De igual forma, utiliza un par de listones en las mismas tonalidades, con los que ata su cabello o, por el contrario, los lleva en sus muñecas.

    Personalidad:
    Cuídate del lobo que se viste con piel de cordero…

    Consciente de la primera impresión que da, que más de una mirada se paseará por su humanidad y, claramente, más de un individuo la verá como una presa en potencia. Mantiene orejas alertas y su mirada siempre va más allá de las acciones tribales, le gusta ser la titiritera de la situación, alguien que sabe mover las piezas a su favor. De naturaleza mordaz y ponzoñosa, una actriz entrenada para ser la damisela en peligro hasta haber extraído lo necesario. No significa que va por la vida fingiendo y beneficiándose a diestras y siniestra, pero simplemente, se cansó de ser la presa que… claramente no es.

    Posee una naturaleza más oscura de la que se creería, tomándose las situaciones con una tranquilidad abismal, siendo una odisea el que la coneja se tome en serio las situaciones, no temiendo el abrir su boca y meter las narices donde no le llaman. Bocona y hostigadora, posee una personalidad confrontativa e, inclusive, agresiva. No se doblega ante nadie, incluso cuando la contraparte demostró con hechos ser superior a ella. No busca ganar ni salir airosa, pero someterse o vulnerarse es algo que no está dentro de su comprensión. Sigue fielmente a su instinto y olisquea las oportunidades, no necesitando razones o justificaciones para hacer equis o ye cosa.

    Se considera segura de sus habilidades físicas y, claro está, de su atractivo. No es boba ni mucho menos ingenua, sabe jugar las cartas a su favor y escabullirse cuando las cosas salen de sus manos. No teme el recurrir a coqueteos o estrategias lascivas para conseguir algo que necesite, requiera o, simplemente, quiera. Dicen que donde pone el ojo, coloca la bala: y no podría estar más acertado. Obstinada y decidida, alguien dispuesta a terminar lo que inició y cumplir al 100% con su responsabilidad.

    Puede llegar a ser burlona e incluso sarcástica, se mide por hechos y no por palabrerías, no temiendo no tomar con seriedad a las personas hasta que no hayan demostrado ser merecedores de cualquier nombramiento o respeto. Suele llevar al máximo a sus asesorados, siendo estricta sin intención, le cuesta un poco empatizar con el cansancio o con sentimientos que no son declarados verbalmente frente a ella. Si bien es observadora, no con las emociones o con las actitudes de las personas, puede olisquear que hay algo diferente, pero ella lo tomará como un día cualquiera sino se le expresa que hay algo diferente.
    Afiliación: Gremio.
    Ocupación: Asesora.
    Historia:
    Proveniente de un clan desconocido, lugareña de un pequeño pueblo en el Lejano Oriente. Se reserva el hablar de sus orígenes o responder si hay más de su linaje sueltos, incluso llegando a contar mil historias sin dejar en claro cuál de tantas es verídica. Importándole poco si estas parecen irreales o hasta absurdas, dejando en claro su falta de interés por responder. Llegó hasta Orario siendo perseguida por más de un tratante que quiso privarla de su libertad y venderla por favores sexuales. Su misma personalidad la hizo meterse en más de un problema, confrontando a malhechores, altercados, e incluso siendo señalada de traer mal augurio.

    Al llegar a la mazmorra su vida de nómada comenzó a desvanecerse, decidiendo a asentarse y explorar, encontrando ahí una persona que hizo parar sus orejas y que su curiosidad permaneciera. Decidió utilizar su energía de forma más productiva hasta poder ostentar el título de asesora, si bien en un principio no era algo de su gusto, terminó agarrando un cierto encanto por ver quiénes de esas personas que se aventuraban en la torre saldrían victoriosos. Incluso instando a sus mismos compañeros a apostar por las pobres almas en desgracia.
    Gustos y disgustos:
    Gustos. Las apuestas, o ver a las personas apostar. Las saunas o aguas termales, o simplemente que en un cuartito se haga vapor con el agua caliente. El alcohol y el limón. Cultivar o cuidar de los huertos. Las voces ásperas o graves. Tejer o bordar, incluso confeccionar ropa, algunos de sus vestidos los hizo ella, por ende, puede pasarse horas buscando telas. Tomar té con galletas.​
    Disgustos. Los truenos la erizan y termina escondiéndose. Sentir que está sudada o sucia sin razón aparente. No poder dormir o descansar. Tiene cierta tolerancia a que la subestimen o la reten, pero cuando las personas insisten por fiarse de su apariencia, llega un punto que la irrita.​
    Extras:
    — Tiene un interés al que está cazando.
    — No tiene mucha sensibilidad en sus orejas, contrario a lo que las personas creerían.
    — Le cuesta recordar nombres, termina cambiándolos o asignando apodos.
    — Tiene un amuleto de mala suerte con el que juega cuando está nerviosa o con un mal presentimiento.​
 

Belgium

Live your dream
La joven de cabellera azabache no pudo evitar ladear la cabeza al hallarse frente a diferentes edificaciones desordenadas, removiéndose con cierta incomodidad al percatarse que la nostalgia de Orario había logrado calar lo suficiente en ella, para que su anatomía se movilizara por instinto hacia su lugar de nacimiento en vez del nuevo hogar. Los orbes zafiros de la fémina recorrieron la entrada de Calle Daidalos, hasta el momento que su atención se desvió a uno de los tantos carteles con flechas que indicaban qué dirección seguir, posando su mano sobre uno de ellos, dejando que una expresión de conflicto adornaran sus facciones al reconocer entre tantos garabatos, un torpe dibujo de una casita azul con una flecha a la derecha a su costado; un recuerdo difuso se instauró en la mente de Melle, uno de ella misma siendo una infante que se colocaba de puntillas con crayón en mano y la voz distante de sus padres diciéndole cómo regresar a casa si se extraviaba, un reto bastante mayor para el hecho que ese sitio era conocido como el otro dungeon.

—Así que mi casa era azul —murmuró la fémina para sí misma, deslizando su índice sobre su propio dibujo al mismo tiempo que giraba su rostro en dirección que señalaba la flecha—, ¿seguirá siendo del mismo color? ¿Alguien más vivirá ahí? No, me perderé si intento seguir ese rastro, no es una buena idea basarme en mis recuerdos lejanos —agregó, sacudiendo la cabeza de lado a lado, aunque en el fondo, habría querido lograr guardar algo de su antiguo hogar, pero, toda su identidad como Melle Arkwright había sido arrebatada en el momento que fue adoptada por Élie Dubost. Aquel nombre provocó que Bouclier apretara las yemas de sus dedos contra el cartel y sentimientos como el enojo lograran invadirla, aunque aquella tensión se disipó al sentir cómo un objeto redondo golpeaba con suavidad su pierna derecha.
—D-Disculpe, estábamos jugando —una voz infantil logró que la aventurera suavizara sus facciones y tomara el balón entre sus manos, girando hacia dos pequeños niños que se mostraban erizados, aunque la sonrisa de la fémina los relajó en un instante.
—Es de ustedes, tómenlo —pronunció la violinista que se había colocado de cuclillas, extendiendo la esfera.
—No es de acá, ¿verdad? —Comentó el otro pequeño, recibiendo un codazo de parte de su amigo—, l-¡lo digo porque está bien vestida!
—Pues, nací aquí —
decidió responder la mujer con honestidad, soltando una pequeña risita al apreciar los rostros sorprendidos de los infantes—, solo que hace muchos años me fui, y decidí visitar, un momento. Pero debo admitir que no recuerdo mucho.
—¡Entonces debe tener cuidado! —
Exclamó el primero—, ya sabe que esta zona no es la más segura... Debe volver a casa, con su familia —agregó, inflando el pecho como si hubiera dado el mejor consejo.
—Eso haré —
respondió la mayor, curveando sus labios, extendiendo sus manos para posarlas sobre las cabezas de los niños—, y ustedes también no deben quedarse hasta muy tarde, ¿de acuerdo?
—Somos fuertes —aseguró el niño—, aunque es cierto que si no volvemos ahora, nos resondrarán —admitió, recibiendo un asentimiento de su compañero de juegos.
—Por cierto, ¿hacia a la derecha hay alguna casa azul? Aunque... Tal vez haya muchas casas azules —se auto respondió Melle con cierta decepción, sin percatarse que ambos menores se miraron entre sí—, olvídenlo, perdonen por preguntar algo muy gene-...
—Debe estar hablando de la casa abandonada, ¿no?
—Solo sabemos que le pertenece a alguien, pero nunca regresó, ¡pero los mayores deben saber! —
exclamó con ánimo, pero la charla fue interrumpida por una voz femenina fuerte que llamaba a la distancia, para sobresalto de los niños al saber que el castigo se avecinaba, precipitándose a correr hacia una de las calles, aunque ambos voltearon para alzar sus brazos como despedida, recibiendo el mismo gesto de parte de Arkwright que al perderlos de vista, apretó sus manos entre sí.
—No debería ilusionarme...
—Quién diría que la que asesoro se metería en un terreno complicado como este sitio —
la voz de Snake logró que la fémina diera un leve respingo al no esperar la presencia del trabajador del Gremio—, solo te buscaba para informarte que puedes ingresar hasta el nivel 2. Por lo general apenas se inscriben como aventureros, se lanzan hacia el Dungeon, pero tu carácter no da la impresión de ingresar sin ninguna indicación de por medio.
—P-Puedo ir sola si quiero —
balbuceó la azabache en un tono nada convincente para Aiguo que se encogió de hombros—, además, ¿cómo me encontraste?
—Tengo varios ases bajo la manga, no fue difícil. Pero solo cumplo con mi trabajo en comunicarte que puedes recorrer la mazmorra, sobre todo si nunca has lidiado con ese tipo de acción —
señaló para asentimiento dubitativo de la música—. Eso es todo —agregó, girando sobre su propio eje para retirarse, siendo seguido unos pasos atrás por la aventurera—, no sabes dónde está tu familia, ¿no es así? —el silencio de la azabache fue suficiente para Sol.


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Tras una leve reverencia de parte de Melle como agradecimiento al asesor del Gremio que terminó guiándola hacia el nuevo hogar adoptado por Zeus, la fémina ingresó sin más, moviendo su diestra más de una vez para saludar al resto de miembros que así como algunos se quedaban en el comedor, otros partían hacia el Dungeon; la mirada zafiro recorrió el sitio sin divisar a alguien en particular, aunque tampoco era de extrañar, no sería del tipo que estaría descansando, seguro habría partido como otros más que conocía por lo menos un poco más dentro de la familia.

—¡Melle, regálanos una pieza! —Exclamó una voz masculina, elevando una jarra de licor con júbilo, siendo secundado por otros más que se encontraban alrededor.
—Sí, claro —contestó la aventurera con gusto, tomando entre sus manos a su preciado violín mientras se posicionaba al centro del comedor como si se tratara de algo innato, y es que ciertamente era de quienes más tocaba instrumentos musicales como parte de la distracción de la familia, hecho que le agradaba al compartir su música.
—¿No irás al Dungeon? —Cuestionó una mujer rubia tras unos minutos para atención de Arkwright que había terminado de tocar—, lo digo porque la mayoría que quiere recorrer la mazmorra hoy, ya ha partido. A menos que quieras ir sola, claro que, no tendrías ningún problema si lo decides así.
—Oh... Bueno, no quisiera molestar —
admitió la música, cerrando el estuche de su violín—, además no sé si alguien quisiera acompañarme, mi asesor dijo que no sería malo investigar un poco.
—Entonces yo te ayudo —
anunció la fémina para confusión de Melle—, ¡Melle quiere anunciar algo! —Exclamó para vergüenza de Bouclier que miró en pánico alrededor al obtener un silencio absoluto del ambiente.
—Eh... S-Solo quiero investigar la mazmorra, y si alguien, ¿quisiera acompañarme? Aunque puedo sola si nadie quiere —balbuceó, agitando sus manos, provocando algunas cuantas risitas de parte de miembros de la familia.
—Si lo dices así, nadie te va a creer —la voz de Arsh se alzó entre las leves carcajadas, el mismo que se acercó hacia Arkwright que parpadeó confundida—, y no quiero anuncios de muertes el primer día —agregó.
—¿Eso quiere decir qué me acompañarás? —Cuestionó la azabache.
—Me aseguro que sobrevivas, eso es todo —contestó el pelirrojo que prefirió mirar al frente al divisar de reojo cómo la violinista curveaba sus labios.


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